viernes, 11 de octubre de 2013

Las personas con discapacidad y los desastres: Una conversación que no es tan obvia



Santo Domingo. 10 octubre 2013.- Bajo el lema “las personas con discapacidad y los desastres: una conversación que no es tan obvia” la Comisión Europea (DG-ECHO y sus socios), el Consejo Nacional de Discapacidad y la Comisión Nacional de Emergencias, llamaron la atención sobre la importancia de invertir en políticas públicas de gestión de riesgo que disminuyan la vulnerabilidad de las personas con discapacidad al ocurrir un desastre, que tomen en cuenta sus necesidades y a la vez fomenten su participación activa en la toma de decisiones y acciones.
El próximo 13 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Reducción de Desastres, este año con un enfoque en la promoción y protección de derechos de las personas con discapacidad. Por ello, estas organizaciones realizaron un conversatorio acompañado de un simulacro que permitió identificar las condiciones de vulnerabilidad por las que atraviesa este segmento de la población cuando ocurre un desastre, dada la falta de implementación de medidas mínimas que pueden salvar vidas.
“Conozco una persona con discapacidad físico-motora que tuvo que salvarse encima de una mesa porque en un momento de lluvia, su vivienda estaba en una cañada y se inundó, y fue su propia familia la que tuvo que socorrerlo y cuando fue… lo encontró encima de una mesa” explica Corporán Flemis, quien posee una discapacidad visual.
El doce por ciento (12%) de la población residente en República Dominicana vive con algún tipo de discapacidad, según datos del Censo 2010. Esto representa más de un millón cien mil habitantes de los cuales el 45% tiene una discapacidad físico-motora, el 29% visual, el 19% auditiva y el 7% intelectual. De ese millón el 73% se concentra en las principales ciudades y zonas urbanas del país, que están expuestas a la ocurrencia de huracanes, inundaciones, terremotos.
La inobservancia de algunas medidas vitales hace que este segmento de la población se vea afectado de manera desproporcionada al ocurrir un desastre, emergencia y/o conflicto pues les limita el acceso a las acciones de evacuación, las de respuesta (incluyendo el acceso a los refugios, a los campamentos y/o a la distribución de alimentos), así como al proceso de recuperación y reconstrucción. En este segmento de la población debemos tomar en cuenta las personas que tienen un alto nivel de dependencia y las de edad avanzada que presentan déficits funcionales importantes.
“En los refugios no hay accesibilidad tampoco para las personas con discapacidad. Mayormente cuando hay momentos de desastres siempre escogen las escuelas e iglesias y hay algunas que no tienen rampas para las personas con discapacidad físico-motora” continúa explicando Flemis. Asegurar que los sistemas de advertencia sean adaptados para personas con discapacidad, disminuir las barreras físicas a través del establecimiento de rampas de acceso, la señalización adecuada, el fortalecimiento de las capacidades y conocimientos de los miembros de los organismos de emergencia y de la comunidad sobre la atención y el trabajo con las personas con discapacidad, son sólo algunas de las medidas que podrían marcar la diferencia. La inclusión de estas acciones aumentaría considerablemente la eficacia de los esfuerzos gubernamentales en la etapa de respuesta a la emergencia y la de recuperación.
“Después de que pasa el fenómeno entonces viene el problema mayor y es que el Estado, precariamente, le brinda auxilio a las personas que han quedado en dificultades pero entonces esas personas tienen que pelear por esas ayudas y fíjate tú, la persona con discapacidad, si no es tomada en cuenta cómo va a enfrentar ese grupo de gente que se aglomera frente a las ayudas y colaboraciones que vienen, donde gana el más vivo” narra Delis de los Reyes, quien posee una discapacidad visual.
Es importante tomar en cuenta la participación de las personas con discapacidad en el proceso de planificación de los sistemas de gestión de riesgo a través de los comités comunitarios, municipales y nacionales, así como en las acciones de atención a la emergencia, según sus capacidades.
Este conversatorio fue organizado por el CONADIS, la Comisión Europea y sus socios DG- ECHO (PNUD/OIM/UNESCO, Plan/Oxfam/Habitat, Cruz Roja, OPS) y la Comisión Nacional de Emergencias, a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Reducción de Desastres.


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